La Hermandad de la Rosa, a la que perteneció María Magdalena, existe desde los tiempos de Lemuria y La Atlántida, donde las Sacerdotisas se reunían en grupos de 12, evocando las 12 constelaciones, para honrar a la Madre Tierra.
Estas mujeres tenían conocimientos de herbología y magia, y eran sanadoras. Tiempo más tarde la hermandad reaparece en la Civilización Sumeria, como las Sacerdotisas de Inanna, y posteriormente en el antiguo Egipto como las Sacerdotisas de Isis y Hathor, utilizando el símbolo sagrado de La Rosa para representar a la Diosa Madre.
Este linaje encarna la fuerza espiritual de la Diosa aquí, en la tierra, y su misión es preservar el amor incondicional, los misterios sagrados y la sabiduría ancestral de aquel culto.
Se reunían en círculos, y utilizaban la naturaleza para honrar y liberar lo Divino Femenino, que ha sido suprimido y enterrado a lo largo de la historia. Ahora el recuerdo de estas enseñanzas está despertando, y el nombre de María Magdalena resuena con más fuerza que nunca, ocupando el lugar que verdaderamente le corresponde, como Apóstol de Apóstoles, compañera del Maestro y portadora de su Linaje Sagrado.
Este linaje reune todas las formas de la energía de La Diosa y los aspectos más elevados de lo Divino femenino, y regresa para restaurar el equilibrio perdido.
Busca su frecuencia en tu corazón.
Está en todas nosotras. Siente la llamada.
Escucha la voz de la Diosa.
Un abrazo de luz.
Ángela ✨
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