Hola a todos y bienvenidos de nuevo a mi espacio. Como ya os he contado, la llamada de Avalon cambió mi vida más de lo que puedo explicar, y en esta ocasión me gustaría hablaros de mi experiencia en Glastonbury Town, el Otro Lado de Avalon.
Cuando sentí la llamada por primera vez, recibía flashes constantes de algo que no sabía describir. Veía continuamente en mi cabeza la imágen de un pozo, con una tapa de madera. Tenía unos bellos labrados en metal y estaba rodeada de un maravilloso espacio verde. No dejaba de pensar en ello hasta que un día ví una foto exacta de mis visiones en el estado de Whatsapp de una amiga, y le pregunté que era.
Ella me dijo: «es Chalice Well».
Nunca olvidaré lo que sentí en ese momento, como si hubiese recordado ese nombre.
Estaba alucinada porque no tenía ni idea de dónde salía esa información. ¿Cómo sabía yo de la existencia de ese pozo? ¿Por qué su nombre me llenaba el corazón? ¿Dónde se encontraba y por qué me estaba llamando? la única razón que tenía sentido para mí es que estaba recordando.
Allí comenzó mi investigación y mi camino me llevó a Glastonbury.
Glastonbury es un pueblito de Somerset, Inglaterra, situado a unos 45 kilómetros al Sur de Bristol. Tiene una historia rica en mitos y leyendas relacionadas con la tradición Artúrica, la mitología Celta y las raíces del Cristianismo, y a día de hoy es un centro de peregrinaje y turismo espiritual. Allí conviven lo místico y religioso, con el paganismo y lo esotérico, y a cada paso que das se siente viva una comunidad global unida por la espiritualidad y la magia.
Encontré un montón de información escrita que dejaba constancia de la importancia del lugar, hasta que una tarde me topé con unos vídeos en un canal de Youtube que me dejaron totalmente paralizada. Ese lugar era literalmente el paraiso para mí. Descubrí un pueblo pequeño, con una comunidad pagana muy activa, que atrae buscadores como yo de todas partes del mundo. Su calle principal, High Street es un paseo multicolor con infinidad de tienditas que emanan magia por todos los poros. Creéme si te digo que allí es más fácil comprar un caldero que encontrar una farmacia. Esa tarde lo supe sin ninguna duda, tenía que estar allí cuanto antes.
Todo lo que sucedió después solo puedo definirlo como predestinación. Hiciera lo que hiciera Avalon se cruzaba en mi camino. Empecé a recibir información en sueños, en mis meditaciones y en mi trabajo con los Registros Akáshicos. Todo era Avalon, información sobre María Magdalena que nunca había llamado mi atención, recomendaciones de libros que salían de la nada, y una sensación de urgencia en el corazón y en la boca del estómago que no me dejaban respirar. Cada imagen que veía, cada palabra que leía o escuchaba despertaba en mi una emoción imposible de verbalizar.
Un día cualquiera, intentando distraerme pensé en hacer algunas compras, y ante mi asombro esto es lo que encontré. En una tienda diminuta de un pueblo pequeño. Sólo quedaba uno, porque estaba hecho para mí. Un colgante de plata con la Vesica Piscis, la tapa del pozo. Chalice Well me encontraba y me seguía llamando quisiera o no.
De repente sentí la necesidad de aislarme del mundo para concentrarme en lo que estaba pasando en mi interior, todo lo demás me parecía una distracción que no me podía permitir, y a los pocos días el universo dibujo el plan para mí. A esas alturas ya estaba intentando imaginar cómo lo iba a hacer para pisar aquellas tierras, pero no terminaba de encontrar el modo, porque en el fondo de mí sabía que necesitaba algo más. Yo no quería hacer turismo, mi Alma estaba gritando y no la podia silenciar. Os voy a ahorrar todas las dudas, las preguntas, la sensación de locura en la que estaba envuelta, porque al final, pasó lo que tenía que pasar.
De la nada (otra vez) apareció un grupo de gente maravillosa que llevaba casi dos años inscrita en una formación que no se había podido realizar por la pandemia, todos buscadores como yo, me recibieron con los brazos abiertos y supe que no tenía que seguir buscando.
Estaba hecho. Y compramos los billetes de avión. Por fin podía relajarme y abrirme a la experiencia. Estaba claro que iba acompañada de gente estupenda y que no había nada de qué preocuparse. Me sentía tan conectada con el Mundo Espiritual desde que esto empezó, que necesitaba asegurarme de que pasara lo que pasara alli, podía contar con alguien. El trabajo de Avalon se hace en soledad, cada uno afronta su camino de forma independiente del resto, hay mucha introspección y trabajo interior, pero tener contigo una comunidad que te entiende y te arropa es un regalo del cielo.
Es imposible separar Glastonbury de Avalon. El Velo alli es tan fino que todo el pueblo está impregnado de su energía, su vibración. La gente, las calles, los comercios, incluso la luz es diferente. Yo comencé a sentir el cambio de energía antes de subir al avión. Desde que el grupo se reunió. Cuando intento expresar lo que sentí todo se vuelve borroso, creo que es por eso que todos decimos que Avalon no se puede explicar con palabras.
Nuestro vuelo salió de Barcelona a las 22:30 de un miércoles que se volvió mágico. Cuando nos encontramos para ir hacia el aeropuerto todo eran nervios e ilusión. Unas horas más tarde en el avión, se palpaba el silencio y la introspección. El hecho de volar de noche lo hacía más irreal, parecía un sueño o una fantasía lo que estaba ocurriendo, y cuando aterrizamos en Bristol no me lo podía creer. Glastonbury está a unos 45 km de Bristol, y teníamos un taxi reservado que se retrasó, así que tuve tiempo para sentir la diferencia en la vibración. A pesar de no haber salido del aeropuerto, la energía de Bristol es como la de cualquier ciudad, pero cuando llegamos a Glastonbury sentí que estaba en otro mundo.
A las 2:00 de la mañana, en aquella habitación de hotel, mi Alma supo que había vuelto a casa. Durante toda la noche estuve despierta, en medio de esa sensación irreal de moverme a través del Velo, era como si hubiese viajado en el tiempo, y si era un sueño no quería despertarme jamás. Sentía oleadas de energía muy fuertes que venían del otro lado de la calle, pero no podía ver nada en la oscuridad. Era como si dentro de mí se hubiese despertado un mar revuelto y ansioso que se desbordaba y no lo podía controlar. A la mañana siguente, en cuanto hubo luz, abrí la ventana y lo entendí.
Al otro lado de la calle estaba Glastonbury Abbey, uno de los centros energéticos más potentes de Avalon.
Y mi espíritu lo supo antes que yo.
Los días que pasé allí son una mezcla de introspección, espiritualidad, comunidad y magia. Las calles huelen a incienso y a las delicias de los salones de té. Todo son tiendas de cristales, librerías, Tarot y Oráculos, ropas coloridas y sonrisas felices, lugares sagrados y terapias alternativas, salas de meditación y templos para venerar a la Diosa, los cuervos caminando a tu lado y a tu alrededor mucho más verde del que tus ojos pueden abarcar.
Como Médium tuve todo el tiempo una sensación extraña en los ojos, que solo me ocurre cuando no puedo separar ambos planos, y después de la vuelta a casa tardé varias semanas en volver a la normalidad.
Además de los lugares Sagrados, el pueblo en sí es completamente mágico, cada calle, cada casa, y cada rincón tiene una vibración única imposible de explicar. Avalon es Glastonbury y Glastonbury es Avalon, y cada uno de ellos robará la mitad de tu corazón.
Espero que mis palabras te hayan dejado entrever lo especial de este lugar, y te prometo que si te decides a pisar sus calles, tu vida no volverá a ser la misma. Yo cada noche cierro los ojos y paseo por allí, es un bálsamo para mi Alma hasta que volvamos a casa.
Muchas gracias por acompañarme hoy,
Un abrazo enorme.
Ángela.
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